Es de conocimiento de todos, que el trabajo de los artistas, colectivos y diversas organizaciones con la institucionalidad en el país ha tenido más de mil tropiezos. Las razones son muchas y los responsables somos de parte y parte las instituciones y los gestores que no hemos abierto puentes reales de diálogo para generar procesos participativos comunes, eficientes y sostenibles.
Por otro lado, el derecho constitucional de todos al reclamo, a expresar nuestro criterio y nuestro pensar, parece estar a veces vetado entre líneas, por eso el silencio ha sido la mayoría de los casos la forma en que muchos artistas y gestores tienen que asumir los problemas que surgen, ante un miedo no tan infundado a represalias de parte de la Institución que no les permitan más trabajar en lo que tanto les apasiona.
Pero también sabemos que el reclamo individual no tiene peso y casi nunca tiene respuesta. Los pocos que siempre nos quejamos por escrito tenemos un cúmulo de papel entregado que se queda archivado quizá, pero al menos siempre sin respuesta y/o solución.
Cansada de todo esto, al igual que muchos de ustedes, decidí volver a quejarme por algo que no me parecía bien, pero intentar un primer ejercicio de hacerlo en colectivo, porque como siempre no era la única afectada, había muchos otros, sufriéndola como uno, pero solitos, aislados, sin lograr que hasta la fecha, tuviéramos una respuesta, una explicación o menos aún una solución.
Así inició la tarea de ir enviando mails a los panas conocidos, convocando a la gente metida en el meollo, usando las redes sociales para que también sirvan para algo más que ‘vitrinearnos’ y perder el tiempo y de a poquito y tímidos, fueron asomando uno, dos, tres, diez; hasta que por ahí conseguimos un listado de mails desde donde pudimos invitar al resto.
Esta primera actividad, me hizo ver que hay mucha desconfianza, que hay miedo, que también habrá quemimportismo o quién sabe que más, pero todas estas son las realidades de nosotros los gestores, porque me incluyo en alguna vez anterior haber sentido miedo, desconfianza, quemimportismo y hasta podría decir falta de tiempo. Así pueden ser nuestras reacciones ante una convocatoria a lucharla por TODOS, pero igual siempre hay gente que se suma, eso significa que si trabajamos en los otros aspectos, podríamos a futuro ser muchos más.
Luego se propuso elaborar una carta, se envío un borrador con pocos aportes de parte de los interesados. Eso es una lástima, porque mientras más aportes y más voces hay, el discurso que se genere será más rico también y permitirá ser la voz de un colectivo, no sólo de pocas personas. Aún así se sumaron más interesados, sintiéndose eso si reflejados en lo que se expresaba pues muchos habían vivido lo mismo y creían justo ser no sólo una voz individual, sino una VOZ COLECTIVA.
La premura de los tiempos hizo que no se pudiera esperar muchos días para ya iniciar la gestión de las firmas, porque poner con tu letra, tu nombre y tu número de cédula, es importante para que no sea sólo una carta de letras frías, sino de personas con ideas vivas. Aquí igualmente viví los apuros en los que vivimos los artistas o gestores todos los días: del ensayo, a dar clases, de ahí a alguna institución haber si ya está el pago; muchos a pie, otros en bus y algunos con más suerte en su carro, pero siempre en movimiento, haciendo de todo, lo cual hace fácil caer en la pereza de decir: NO TENGO TIEMPO, no avanzo, ya te llamo, y al final de cuentas NO HACERLO.
Porque organizar algo en conjunto lleva un trabajo arduo, de llamar a la gente, de explicarle, de tomarte tiempo para reunirte, de dejar de hacer millón cosas, y cuando vemos todo ese panorama, mejor decimos, sigo gestionando, porque en lo otro pierdo tiempo y a veces para nada, porque no se logra si quiera una respuesta.
Comprendí perfectamente esta situación, pero como era mi ejercicio de aprendizaje, decidí no darme por vencida y buscar a cada uno en su trinchera, lograr su firma, escucharles, vernos, conocernos y sentirnos uno; porque no podemos ya más NO HACER las cosas, porque eso es lo que permite que NADA CAMBIE.
Organizar iniciativas comunes, también tiene sus riesgos, eso también lo aprendí. Enseguida a uno le identifican como ‘oveja negra’, ‘manzana de la discordia’, cambia la forma en que te miran y claro tienen ya sus cuidados al tratarte. Llamadas desde la institucionalidad por suerte en buen tono, pero que igual te identifican como cabecilla de algo, pueden hacerte perder la fuerza y con justa razón. La VALENTIA es otra herramienta poderosa para el trabajo en equipo.
Finalmente, llegó el día de la entrega de la carta. Esperábamos estar todos los firmantes, pero todos no pudieron. Al llegar no vi a nadie, ahí si que sentí una profunda decepción, pero me equivocaba, de a poquito aparecieron uno, dos, cinco, hasta que fuimos como 10. Ahí para apoyarnos como causa, juntos, sin cabeza, sin líder, sólo una voz común que necesitaba expresarse.
Algunas cartas tuvieron que quedar en manos de las asistentes de sus destinatarios, no siempre se puede tener acceso directo al diálogo; otros en cambio sí lo recibieron directamente, expusieron sus motivos y nos permitieron a todos exponer los nuestros, qué bonito ejercicio de ciudadanía y de humanidad; y otros más, respaldaron y valoraron una comunicación no individual, no particular sino conjunta y velando por todos, algo que decían no haber visto hace mucho desde la institucionalidad.
Demostramos aunque sea en chiquito, que la gestión cultural puede organizarse, tiene voz, tiene propuestas y tiene derecho por el trabajo que realiza con pasión y compromiso en su día a día, un trato justo. Unidos somos y hacemos más.
¿Termina aquí todo? JAMÁS. Ahora tocan dos duras tareas, primero ESPERAR, a que esta iniciativa permita una solución a los problemas coyunturales que se han experimentado, que se solucionen para todos, porque aunque no todos firmaron, todos se merecen una salida justa. Y luego ESPERAR, a una RESPUESTA a nuestra comunicación, donde pedíamos algo tan básico pero tan esencial y que por la premura de los tiempos en que vivimos, parece hemos dejado en segundo plano: DIALOGAR.
¿Y si no pasa eso? Ahí seguro que ACTUAR.
Siempre y cuando, este mini proceso no se disuelva con el paso de los días, que porque se resuelva el tema coyuntural, creamos que no vale la pena seguir dando nuestro tiempo a una causa superior, a largo plazo, que es generar PROPUESTAS.
Y las propuestas, y el trabajo en conjunto, y las redes, y el dejar los individualismos y el no dejarnos coptar por el sistema neoliberal que envuelve nuestro mundo, cuesta haaaaaaaaaarto trabajo, tiempo, sacrificio, pero creo firmemente es NECESARIO.
Para sus comentarios y aportes, me gustaría dejar una pregunta para que la respondan y comenten a final o la posteen integrándose como miembros de este blog, para ir generando debate y aportes:
¿Qué han hecho o dejado de hacer cuándo han tenido un problema con la institucionalidad y si se han quejado, qué ha pasado, solucionaron su problema o no?
Espacio abierto de diálogo y un compartir experiencias de gestión cultural en el Ecuador, para generar propuestas y mejores prácticas que incidan en las políticas públicas en el país.
viernes, 10 de diciembre de 2010
lunes, 22 de noviembre de 2010
¡Bienvenid@s!
Gracias a los amigos y amigas que poco a poco se van sumando con interés de reflexión y de propuesta, a este espacio para dialogar sobre lo que es la gestión cultural en nuestro país, para compartir vivencias, experiencias positivas, otras no tanto.
Para debatir, para mirarnos, para conocernos y a través de esta red virtual, generar esperemos en un futuro no muy lejano, una red real, donde podamos generar propuestas frente a la institucionalidad y frente a la sociedad, sobre formas RESPONSABLES de hacer gestión cultural....
Si estás interesado en unirte a este espacio, sólo envía un email a:
gestion.cultural.responsable@gmail.com
Y así podrás tener acceso a este espacio para postear tus aportes
Iniciamos en pocos días...
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